Tras pasar, los conventos de Espiritu Santo y Santa Ángela de la Cruz, donde hubo muchos fieles devotos, contemplando el paso por estos sitios.
Luego llegó el otro indicente, se engachó, con unos tendidos eléctricos, en Santa Catalina. Más tarde, a su paso por Bustos Tavera, golpea distintos elementos con la puerta de la Mortaja, tanto a su entrada como salida, produciendo la rotura de un farol, de tres piezas de la crestería del palio y de diversas perillas.
Por último, a su entrada en el templo, el palio se volvió a enganchar en la puerta, produciendo, de nuevo, graves daños que provoca que se doblen los varales y que el palio quede completamente desfigurado.
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